viernes, 6 de mayo de 2011

Luces de Navidad

- Entonces, mami... ¿cuál te gusta?
Ella tenía la cara ligeramente redonda, con unos lentes de pasta que llegaban casi a la punta de la nariz chata. Llevaba los labios pintados de rosa suave. Él la sostenía de la mano, como si llevaran muchos años de novios y no más de 15 años de casados. Con una camisa estampada floreada que no alcanzaba a disimular sus gustos por los chicharrones con guacamole y la cerveza.
- La que quieras, papi- contestó sin levantar la mirada de la vitrina. No es por nada, pero me había esmerado mucho en desplegar todas aquellas luces de fiesta en toda su gloria.
- No, mami, la que tú quieras
él le sonrió como si fuera adolescente
- Pues... a mi me gustan las doraditas
Hizo el ademán de sacar la cartera, pero ella lo detuvo con dulzura
- Pero, ¿cuál te gusta a tí, papi?
- Pues las azulitas, para la ventana
- Ay sí, papi... Están muy bonitas, aunque, esa ventana todavía se atasca
- Bueno, mami, sí, pero es por el cortinero
- Sí, papi- ella suspiró mientras yo desconectaba las luces elegidas para envolverlas- pero tú me dijiste que ibas a arreglar el cortinero
- Si, mami... aunque no he tenido tiempo
- Pues no, papi... ¿cómo vas a tener tiempo si estás sentadote viendo la tele?
Dudé en seguir envolviendo las luces
- Bueno, mami, tú tampoco te pierdes la telenovela
- Sí, papi, pero yo al menos aprovecho y plancho mientras la veo
- Bueno, yo no diría... ve nomás, mami, cómo traigo esta camisa
- No me eches la culpa, papi. Estaba bien acomodada en el clóset
- Sí, ahí arrumbada. Igualito que la cocina, mami
- ¿Osea que me estás diciendo, papi?
Yo ya había dejado de envolver. Sentía que mi única obligación era concentrarme profundamente en cómo las series se prendían y se apagaban frente a mis ojos.
- Nada, mami, que a lo mejor podrías ser más dedicada a tu casa.
- Seguro esas ideas te las está metiendo tu madre, papi.
Levanté discretamente los ojos para asegurarme que ella no lloraba
- Mami, sólo digo
- Claro. Seguro que dice que soy una conchuda y no te trato bien, papi; pero tú también me tienes bien abandonada
Ví, a través de la vitrina, cómo se tensaba
- Bueno, mami, es que luego te vas toda la tarde y no sé si andas de cuzca
- Yo no me iría si tú no estuvieras todo el día con tus amigotes, papi
- No les digas así, mami
- Bola de borrachos, mantenidos, papi, ya lo sabes
- Mami, me estás cansando
- Pues, por lo menos ahora ya sabes cómo me siento
Se hizo un silencio. De la nada, empezó a sonar "Blanca Navidad" en una de las series
-Ay papi, ¡mejor nos llevamos esa!
- Tienes razón, mami. A los niños les va a encantar- Y también envuélvanos esa, señorita, por favor.

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