viernes, 25 de febrero de 2011

Demasiado sospechoso

En la soltería, hay un momento en que todos te quieren presentar a alguien; y otro, donde le pides a todos tus conocidos, si tienen a alguien para presentarte.
El problema es cuando las respuestas comienzan a ser terriblemente predecibles. Pasamos del "tengo un amigo que se muere por conocerte" al "No, ya todos están casados", "no, no sabes los problemas que tiene", "bueno, conozco a alguien, pero lleva seis meses sin trabajo".
Soy una creyente de que todo llega en su momento preciso; y en algo tan azaroso como los sentimientos no hay nada escrito. A las pruebas me remito: aquella vez en que iba -tarde, para no perder esa mexicanísima costumbre- en un taxi.
El conductor le echo brava a dos conductores, se dio un cerrón y dio una vuelta prohibida, para después empezar la conversación de la forma más casual "sí, yo me casé con mi chava hace seis meses. La conocí en el psiquiátrico, justo después de salir de la cárcel".
Por si tenían duda si soy cobarde: lo soy. Me bajé en la siguiente esquina, a 20 cuadras de mi destino.
Afortunadamente, nadie ha querido presentarme al primo de algún amigo que sea diputado, quiera asilo político o escuche voces; sin embargo, me parece sospechosa tanta coincidencia en las respuestas que recibo.
Sospechosista como soy (jamás dejaré de agradecerle a Santiago Creel que nos regalara tan bonito y enfático verbo) empiezo a considerar que en esta situación, ahora estoy en la otra frontera; y mis amigos, que me quieren a pesar de conocerme, dirán "si conozco a alguien, pero... está re-loca". Confiesen, anden.

1 comentario:

  1. Conozco la situación... pero no será que debemos aprender del señor taxisto e ir a conocer a alguien a algún psiquiátrico??

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